El artículo recoge el trabajo de un equipo de investigación multidisciplinar, del que forma parte Elisa Guerra Doce, y presenta las conclusiones del estudio realizado para detectar el consumo de diferentes drogas por parte de las poblaciones prehistóricas que habitaron la isla de Menorca hace 3000 años. Se trata de la primera evidencia directa de estas prácticas en Europa, que se ha basado en el análisis químico de cabellos humanos, pues hasta ahora los datos disponibles al respecto derivaban del hallazgo de plantas con propiedades psicoactivas en algunos yacimientos.

En concreto, el análisis se ha centrado en una muestra de cabellos humanos de la Edad del Bronce recuperados en la Cova des Càrritx (Ciutadella, Menorca, Islas Baleares). En él, además de la profesora Elisa Guerra Doce, han colaborado Cristina Rihuete Herrada, Rafael Micó, Roberto Risch y Vicente Lull, prehistoriadores del Grupo de Investigación de Arqueoecología Social Mediterránea de la Universidad Autónoma de Barcelona, así como el químico Hermann M. Niemeyer, de la Universidad de Chile.

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