Los especialistas en oralidad y el público asistente se rindieron ante un espectáculo que pone en práctica cuentos, chistes, consejas y otras formas de la oralidad de las comunidades tradicionales en riesgo de desaparición. José Luis Gutiérrez, “Guti”, con una dilatada carrera que se inicia en 1990, demostró la capacidad de interpelación que tienen las posibilidades creativas de adaptación y transformación de las narraciones sin que pierdan su originalidad, su carácter dialectal y recuerden el contexto en el que se daban.

Guti ha trabajado sobre todo en el entorno rural rescatando como se puede “la cadena de comunicación-transmisión de cultura oral rota por la condena de los ancianos al silencio en una sociedad dominada por lo que se repite desde el televisor”. Con sus cuentos compartió los saberes, las historias personales, la memoria de los ancianos y un pensamiento que ponía en el centro de la vida al colectivo y no al individuo.

El Departamento de Filología Española de la Universidad de Jaén, la Cátedra de Estudios sobre la Tradición de la Universidad de Valladolid y la Fundación Joaquín Díaz congregaron a especialistas pertenecientes a diversas áreas de conocimiento como la teoría de la literatura y literatura comparada, la literatura española, la filología italiana, los estudios árabes e islámicos, la literatura infantil, la antropología y la etnomusicología.

En definitiva, el cierre fue una práctica de lo que los del Proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). IP. David Mañero Lozano (UJA). Tanto los estudios expuestos como las Historias del Filandar demostraron que en el s. XXI los humanos seguimos necesitando las narraciones.

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